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martes, 6 de febrero de 2018

Parque Nacional de Connemara (Irlanda): Senderos y zonas para niños

Situado en el verde condado de Galway, el Parque Nacional de Connemara, está repleto de montañas curiosas, ciénagas, brezales, praderas y bosques. Bajo nuestro punto de vista, uno de los imprescindibles en una visita al oeste de Irlanda. A nosotros nos gustó muchísimo, nos pareció una forma entretenida y didáctica de conocer la curiosa orografía de la zona. Sobre todo, nos llamó la atención la vida alrededor de las turberas, de donde se extrae la turba, un material que ha formado parte de las tradiciones de Irlanda desde siempre.


El Parque Nacional de Connemara fue una de las paradas en nuestra ruta en autocaravana por Irlanda, te recomendamos leas el resto nuestros post si estás planificando ruta por la zona.

Aunque los senderos están abiertos todo el año y en todos los horarios, el Centro de Visitantes del Connemara National Park abre solamente de marzo a octubre y se encuentra junto a la pequeña aldea de Letterfrack, muy próxima a la bonita Abadía de Kylemore. Allí hay un pequeño parking que se llena rápido, así que recomiendo acudir temprano. Nosotros llegamos a última hora de la tarde con nuestra autocaravana y estaba casi vacío (por ello decidimos pernoctar allí), pero cuando nos despertamos por la mañana y nos dispusimos a hacer las caminatas, el parking estaba totalmente lleno.
El Parque Nacional no cierra, pero el Centro de Visitantes sí lo hace, horario de 9 a 17:30 (a las 5 y cuarto de la tarde última hora de acceso). Por lo que si vais justo de tiempo, recomiendo entrar primero al centro de visitantes, merece la pena, sobre todo si no sabéis nada sobre las turberas, porque la exposición es muy interesante.
Según nos explican en el interior, las TURBERAS se han respetado siempre y considerado estas zonas "pantanosas vegetales" lugares misteriosos y llenos de peligros. A lo largo del tiempo han resultado ser lugares de refugio en tiempos de conflictos y fuente valiosa de combustible. En el Centro de Visitantes nos explican mediante fotografías y reproducciones toda la vida que a lo largo de la historia ha relacionado a Irlanda con las turberas, tanto a nivel espiritual, inspiración de poetas, como fuente de combustible, así como todos los objetos caseros que se fabricaban con ella. Se decía que muchos emigrantes irlandeses se llevaban un trocito de turba para recordar a su país en la distancia. Durante el paseo exterior por el P N de Connemara podéis ir observando distintos ejemplos de turberas y de su explotación.


Tenemos que tener en cuanta que en un determinado momento el 16% de toda la isla de Irlanda estaba cubierto de turberas. En estos lugares pantanosos el hombre podía perder la vida, pero sino quería dar largos rodeos tenía que cruzarlos, de ahí surgieron los TOGHERS, pasarelas de madera para poder cruzar estas peligrosas zonas donde si caías era complicado salir. Todo aparece muy bien detallado en la exposición del Centro de Visitantes.

                                                   Planchas de madera con las que constituían los toghers

Hay un gran parque infantil para los peques justo al lado del Centro de Visitantes, a mis hijos les encantó.


Los senderos de distinta inclinación y dificultad, recorren las praderas del parque para subir a la colina más alta, Diamond Hill.


Nosotros íbamos con niños pequeños y recorrimos el sendero verde circular de 0.5 kilómetros que transcurre por la parte baja del terreno, lleno de arroyos y cúmulos de agua, así que cuidado con los mosquitos. También recorrimos el sendero circular amarillo de 1.5 km.
El sendero amarillo comienza en una enorme pradera muy bonita y muy divertida para los niños porque en ella hay burritos y caballos de Connemara par dar de comer y acariciar. 


Como veréis en la siguiente foto, la subida por el sendero bordeando la pradera no es muy empinada, aunque si lleváis carrito de bebé es un poco complicada porque el firme no es muy regular.


El sendero amarillo no asciende al final de Diamond Hill, te quedas a media altura, pero ya veis que las vistas  son increíbles, se aprecian los lagos y la silueta del mar.

La cafetería del lugar, TEA ROOM, junto al Centro de Visitantes, también abre todo el año hasta las 17:30. Consta de cafetería y cocina con menú diario de lunch (sopa y cosas ligeras) que también puedes comprar para llevar. Nosotros almorzamos en la cafetería, en unas mesas de picnic que tienen en el patio, junto con otras muchas familias y senderistas.



No te puedes ir de Connemara sin ir a visitar la Abadía de Kylemore y su bonito reflejo en el lago.


Nos encantó el parque, tanto en su recorrido a pie como por carretera, Irlanda es única.

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