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miércoles, 26 de octubre de 2016

Iglesia de Boyana (Bulgaria). Joya del arte medieval europeo

La Iglesia de Boyana es una pequeña iglesia ortodoxa medieval catalogada como uno de los siete monumentos de Bulgaria incluidos en la lista de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Por ello, cuando planificamos nuestra ruta por este país, decidimos que no nos la podíamos perder. Es un templo construido en varios periodos, pero su fama mundial se debe no a su arquitectura, sino a los frescos de 1259 que contiene, ya que los recursos expresivos de los personajes pintados no son propios de la época, para algunos, estas pinturas son las precursoras del Renacimiento en Europa oriental. Además este conjuntos de frescos (89 escenas con 240 figuras) son uno de los ejemplos más completos y mejor conservados del arte medieval de Europa oriental.

¿Donde se encuentra?

Está, como su nombre indica, en Boyana, un pequeño pueblo en las faldas del monte Vitosha, junto a la ciudad de Sofía. Hoy ya, esta población ha quedado englobada por la ciudad, convirtiéndose en uno de los barrios residenciales más bonitos de la misma por su entorno.

¿Porqué estas magníficas pinturas en un pequeño pueblo de montaña?

Sofía siempre ha tenido una importante ubicación estratégica dentro de Europa. Punto de la Vía Militaris, cruce de caminos dentro de la ruta que unía el viejo continente con Asia para los romanos. Incluso tras la excisión del Imperio, el emperador Constantino el Grande pensó en ella como capital del Imperio Romano de Oriente.

El clima de Sofía es complicado, nublados y fríos inviernos; y muy calurosos veranos. Por ello, desde siempre sus gobernantes buscaban tener una residencia en las montañas cercanas. En el s XIII, el gobernador de Sofía (Sredets) el sebastocrátor Kaloyán construyó una casa en el pequeño pueblo de Boyana cercano a Sofía por este motivo. Éste, siguiendo con las normas de la época, donó una importante cantidad de dinero para ampliar el pequeño templo del siglo XI de Boyana y adornarlo con bonitas pinturas; para que fuese digno de la importante familia que lo frecuentaría.

Fotografía web hotelclub

Es curioso, porque en nuestra época Boyana también es elegida por importantes vecinos que han  dejando huella de su poder económico. Muestra de los influyentes vecinos del medievo queda la iglesia de Boyana y muestra, de sus influyentes vecinos de la época comunista búlgara, quedan preciosas casas palacio como la Residencia Gubernamental Boyana, hoy Museo Nacional de Historia y algunas otras, hoy ocupadas por políticos y empresarios.

¿Cómo llegar?

-Trasporte público. Durante nuestra visita se accede al barrio desde el centro en el autobús 63, 64 y desde otras zonas el 107.

-Taxi. Este medio de transporte es económico en Bulgaria, solo se trata de encontrar una empresa oficial de taxis con taxímetro como "OK taxis".

- Coche de alquiler. Nosotros elegimos este medio como ya os conté en mi anterior post. Alquilamos durante un día un coche para conocer la Iglesia de Boyana, el Monasterio de Rila (a casi dos horas de Sofía) y las pirámides de Stob (muy próximo a Rila).

¿Cuál es el precio?

En el momento de nuestra visita nos costó 10 levas adultos y gratis los menores de 7 años. Aquí podéis consultar precios de entradas combinadas con el cercano Museo Nacional de Historia.

Hay un pequeño puesto de recuerdos y snaks junto a las taquillas, nos gusta el arte, así que allí compramos esta pequeña guía en castellano editada por el Museo Nacional de Historia y así pudimos conocer mejor los detalles de los frescos y la iglesia.

Foto de portada es el fresco con la imagen del sebastocrátor Kaloyán y su esposa Desislava (mecenas de los frescos de 1259)

Visita:

Cuando se empieza a abandonar el bullicioso tráfico de Sofía, la montaña Vitosha, que flanquea la ciudad, da la bienvenida al viajero.

Al amanecer, la montaña Vitosha con aun cumbres nevadas en mayo, desde nuestro alojamiento en el centro de Sofía 

Llegamos en nuestro auto del alquiler, al bonito barrio de Boyana, un núcleo residencial traquilo en las faldas de la montaña Vitosha y nuestro GPS nos dirige hasta la iglesia. No vemos aparcamiento habilitado, solo unas cuantas de plazas de parking en la puerta con solo una ocupada, así que decidimos aparcar allí.

El recinto de la iglesia está rodeado por un bonito jardín. Nos sorprende ver un enorme redwood plantado por el rey Ferdinand en 1907.


A mis hijos lo que más les gusta del lugar es éste jardín, muy cuidado, con un camino rodeado por piedras para trepar y con ardillas con casitas en los árboles.



La iglesia, como os he comentado, arquitectónicamente no tiene mucho de particular. Es más, externamente se ve bastante parcheada por las distintas ampliaciones (siglos XI, XIII y XIX), pero este detalle no solo no le resta encanto, sino que la hace peculiar. Las fachadas meridional y septentrional, son las más curiosas a este respecto, donde se aprecia la mezcla de estilos de las distintas etapas de ampliación y la construcción de la iglesia en dos plantas.



El ábside es del siglo XIII, construido sobre el anterior del siglo XI. En el interior del mismo, en la parte baja, se pueden observar pequeños detalles de la primera capa de pintura con frescos del templo del siglo XI.


La fachada occidental, que sirve de acceso al interior de la iglesia, es del siglo XIX.


Aunque con un estilo muy diferente al ábside,  hay que reconocer que es coqueta la fachada del siglo XIX, parece una casita de chocolate de cuento. Mis hijos quedaron encantados con el tamaño de la puerta, totalmente a su medida.


En el interior no está permitido hacer fotografías, por ello todas las que pongo en el artículos son sacadas de libros o postales.

Como comprenderéis, ante el tamaño de dicha puerta, lo primero que hay que hacer al entrar en el templo es agacharse, símbolo de humildad y respeto; por ello imagino que idearían dicha minipuerta. Primero se accede a una pequeña sala, donde te indican que solo podrás estar dentro de la iglesia diez minutos. El señor encargado es un tanto peculiar, mezcla de señorita Rotenmeyer, porque riñe aunque no haya habido ni siquiera intento de desliz en cumplir las normas y de ninfa extasiada por la belleza del lugar, porque cuenta todos los detalles de las pinturas completamente convencido de que es la obra más maravillosa que hay en el mundo.

La fama mundial de la iglesia se la dan sus frescos de 1259, por ello es en lo que hay que fijarse mayoritariamente. Sus 240 imágenes que destacan por su individualidad y su valor artístico. En la cúpula, respetando las normas básicas de decoración de los templos cristianos de la época, aparece el Pantocrátor, el todopoderoso, rodeado de ángeles, evagelistas y escenas cristianas. El artista plasmó las expresiones e intentó reflejar el estado de ánimo de los personajes representados. No hace falta ser un experto en arte para contemplar que este pantocrátor tiene mucha más expresión que sus homónimos medievales de otras iglesias de la época.

Pantocrátor de Boyana (1259)

La iglesia está consagrada a San Nicolás y San Pantaleón. En el atrio aparecen 18 escenas dedicadas a la vida de San Nicolás, donde el artista añadió elementos contemporáneos a su época. Por ejemplo en la escena de la tormenta en alta mar, los marineros llevan gorros como los de la marina veneciana de la época. Además en esta misma escena queda reflejada la maestría del autor en las expresiones de los marineros ante la tormenta.


También aparecen, los retratos más antiguos conservados de personajes históricos de la época, como son los retratos de los donantes, el sebastocrátor Kaloyán (que aparece ofreciéndole la maqueta del templo a San Nicolás) y su esposa Desislava; y el zar búlgaro Constantino Asen Tij (que gobernó entre 1257 y 1277) y la zarina Irina.


Hay muchas imágenes y detalles en los que fijarse. Pero para mi uno de los más curiosos, que pueden  hacen al autor precursor del Renacimiento, son los ojos  del ermitaño San Efraín de Siria, con ojos omnividentes, que todo lo ven y que revelan el rico mundo interior del personaje. El señor que estaba de cuidador en la iglesia, nos lo comparó con Giotto, pintor italiano precursor del Renacimiento, quizás una exageración, porque Giotto es maravilloso, pero hay detalles en las obras de Boyana realmente bonitos.


¿Quién pintó los famosos frescos?

Aunque los investigadores han dado con varias claves importantes, su autor es desconocido. En el medievo no es nada raro que las obras quedasen sin firmar debido a la posición oficial de la iglesia, donde Dios lo dirigía todo, incluso la mano del artista y el talento era, por tanto, de Dios, no del artista.

Hay dos muestras que pueden acreditar que el templo pudo ser pintado por un tal Vasilii. Durante las obras de restauración se encontró un grafito oculto bajo capas de pintura, escrito con el carbón con el que el autor pintaba los esbozos de los trazos "Yo Vasilii escribí (pinté, como nota del autor)". Ademas los investigadores encontraron en la nominalia de Boyana, es una lista de zares y zarinas a los cuales se les rinde homenaje, el nombre de un pintor, un tal Vasilii del pueblo de Subonosha. Por ley solo se podía poner en la nominalia el nombre de los zares, por ello se piensa que al aparecer dicho pintor en la nominalia es porque debió de haber jugado un papel fundamental, es decir, los pintó.

Grafito

Además los investigadores por el estudio de las obras piensan que los frescos están hechos por tres personas diferentes, por tanto se debió tratar de un trabajo en equipo de tres pintores de gran talento.

Espero que mi artículo os haya despertado la curiosidad por conocer esta iglesia, joya del arte medieval europeo ubicada en Bulgaria.


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